Tenía algo más de una hora entre Après la reconciliation y Carrie y entré en un bar. En la pantalla de televisión, estaban poniendo una película muda. El formato estaba mal, en 16/9, pero recortando la imagen, no aplastándola, así que las expresiones de los rostros y de los cuerpos, aunque un poco recortadas, se veían bien. Me quedé fascinado. Parecía un melodrama. Un hombre quemaba la foto de una mujer. Esa mujer andaba por las calles con un bebé en brazos. Era todo muy esencial y desolador. Pensé en Una mujer de París pero no me cuadraban ni la historia ni las calles californianas. Entonces la mujer abandonó al niño en un coche y unos ladrones llegaron y robaron el coche. Ahí caí en la cuenta, debía ser The Kid . Hacía mucho que no la veía y había olvidado de dónde salía ese niño. Al poco, ya tenía Charlot al bebé en brazos y andaba intentando deshacerse de él. La situación seguía siendo terrible pero era, al mismo tiempo, muy divertida. Yo bebía y me reía. Era el único que mira
de Cristina Fernandes e Rui Manuel Amaral